Estuvo todo el dia trabajando, intentando alejar el presentimiento que le angustiaba, que le oprimia el pecho, que le pesaba como una losa, que a duras penas le dejaba respirar.
Cuando se levanto por la mañana ya supo que algo no marchaba bien, todo parecia normal, de masiado normal, el salpicado y viejo espejo habia reflejado su cara como todas las mañanas, esa cara que cada vez se perecia menos a la imagen que aún conservaba de si mismo, pero no fue hasta el de sayuno cuando se dispararon todas las alertas, la obesa camarera que siempre le ponia esa bebida inefable que ella se empeñaba en llamar café le habia sonreido, un escalofrio le recorrio entonces por la espalda y supo que no veria un nuevo amanecer.
Cuando de regreso ya a su casa, por la ancha y sucia avenida que algun dia fué un rio, empezó a soplar la suave brisa que bajaba de las montañas anunciando el proximo invierno, el pensó que por una vez en su vida el frio llegaba demasiado tarde y no pudo dejar de sonreir.
A la mañana siguiente los periodicos locales habrian con la siguiente noticia: 'Un camión cargado de toneladas de hielo, para satisfaccer no sabemos que lascivos caprichos de un multimillonario, habia volcado en la avenida, enterrando a un transehunte que habia muerto de hipotermia horas después'.
martes, marzo 14, 2006
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3 comentarios:
el fatalismo,(o es determinismo?)inunda sus letras caronte. no cree k es posible cambiar al destino?Debemos conformarnos con lo k la vida nos va dejando?
Yo creo k no
vaya que alegria verte por aqi, al destino no se le puede cambiar por la simple razon que pase lo qe pase siempre será el destino. Es la gran trampa de la vida. En absoluto soy fatalista lo sabes
Genial, pero esperamos impaciantes tu relato de Rodi Aragón. Escribelo porfavor. Enhorabuena por resolver el problema, eres un crack
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