jueves, marzo 23, 2006
Desenlaze
Nunca pensó acabar así, pero a la edad que el tenía sabia que pocas veces la vida es como uno se la espera. En la oscuridad plateada de Extrim 3, bajo el blindaje de 20mm de titano que lo separaban de una muerte más que cierta, los sensores le indicarón que la temperatura externa era inferior a los 120º, y que el fallo hidraulico de los sistemas era total, calculó sin mirar el indicador que le quedaba oxigeno para unas tres horas, pero no creia que el soporte vital durase más de una, aún asi disparó la baliza, emitio la señal de alarma e intento poner inutilmente en marcha los generadores de emergencia. Habia dado la misma vuelta rutinaria cientos de veces y no sabia de donde habia salido el socavón que lo habia hecho descender sin control más de 300 mts dañando irreversiblemente la oruga.
De su afición por los libros antiguos llegó a la conclusión que lo mejor era ponerse en paz con uno mismo, pero la idea de una muerte tan certera se le antojaba como algo muy lejano, como si lo estuviese viendo en cualquier sala de proyección, como si no fuese él el que estuviese en el aprieto. Se acomodó al asiento y recordo haber leido en alguna parte que, a Caronte, un ser que se dedicaba a pasar a las almas de los muertos, a donde quiera que fuesen, lo mejor era pagarle con una moneda, así que sin vacilación, lentamente sacó una vieja moneda del bolsillos y se la introdujo en la boca así no me la quitaran pensó. También pensó que una hora se le haria excesivamente larga y sonrio, el que habia dejado deudas en todo este lugar de la galaxia, pagaria por anticipado al tal Caronte. Sin más dilación, miro por última vez la plateada noche, tan diferente a las noches de su infancia y abrió la escotilla exterior, no tuvo tiempo de pensar nada más, ni siquiera se enteró, se hallaba ya en un lugar dnd nadie le cobraria sus deudas, segundos después y con un suave gemido los generadores de emergencia se pusieron en marcha y la pantalla le pidio una vez más las cordenadas del destino, la moneda llegaba demasiado tarde a Caronte...
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2 comentarios:
no debemos rendirnos ante la adversidad. Hay que luchar hasta el último aliento por aquello en lo que creemos, por aquello que queremos, por aquello que nos es importante.
Por muy oscuro que veamos el final del tunel siempre hay una pequeña luz al final que nos guia.
La descompresión de la cabina reactivó los indicadores de radiación del panel auxiliar. Estaban en nivel rojo desde hacia dos semanas, tal vez los filtros fueran defectuosos o tal vez un choque fortuito abrió una brecha en las defensas del soporte vital. El terrano Guillite se habia ahorrado 4 semanas de una terrible agonia, al final la moneda le salvo.
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